Parresía es un término griego que se compone de pan y de reo, pan significa «todo» y reo «decir». Parresía significa, pues, «decir todo». Decir todo, primero, en el sentido de decir valientemente todo lo que uno tiene que decir a quien fuere sin callarse nada, es decir, hablar con franqueza y sin miedo. A partir de ahí el término parresía cobra un segundo significado, negativo, en el sentido de decir todo por no ser capaz de callarse ni de guardarse nada, o porque se ha perdido el sentido de la distinción entre lo que se piensa y lo que se puede decir; el parresiastés, adjetivo correspondiente al sustantivo parresía, es en este sentido el charlatán, el impertinente, el bocazas, o también el disipado. Y parresía tiene aún un tercer significado: el de la confianza y la apertura que denota o con la que se produce el estar comunicándose con franqueza con otro, sin ocultarle nada y sin estar buscando ocultarle nada. Parresía significa seguridad y confianza en el trato con otro, no temor en el trato con él.
El significado de la parresía:
Franqueza y valentía:
La parresía implica hablar con honestidad y sin miedo, incluso cuando la verdad puede ser difícil de escuchar o provocar conflicto.
Libertad de expresión:
Implica la capacidad de expresar libremente sus pensamientos y creencias, sin la necesidad de complacer a los demás.
Obligación de hablar la verdad:
La parresía no solo es una libertad, sino también una responsabilidad de hablar con verdad, incluso cuando esto implique riesgo.
Cuidado con la crítica:
La parresía puede manifestarse de diferentes formas, incluyendo la crítica constructiva, debe ejercerse con sabiduría y respeto.
La parresía en la historia:
Antigüedad clásica:
La parresía tiene raíces en la filosofía griega, donde se entendía como la capacidad de hablar con franqueza y sin temor, incluso ante el poder.
Nuevo Testamento:
El Nuevo Testamento muestra ejemplos de parresía en la predicación de los apóstoles y en la defensa de la fe ante las autoridades.
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