La familia es el último refugio que queda antes de que los poderes de este mundo se abalancen sobre el individuo aislado y necesitado para venderle con mentiras cualquier veneno disfrazado de felicidad.

hola walter

hola walter
«Soy el único exorcista que trabaja siete días a la semana, desde la mañana hasta la tarde, incluidas Nochebuena y Semana Santa»

NO HAY PAZ SIN JUSTICIA

La paz se construye con la verdad.
HIJOS: NO PERMITAN QUE LA MALDAD LOS SEPARE NI LOS ENFRENTE. LA MALDAD ADOPTA "FORMAS Y MODOS QUE SON INSOSPECHADOS" PARA PODER ANIQUILAR DONDE HAY UNION. UNA VEZ QUE LOGRA METERSE EN EL VINCULO Y DESESTABILIZARLO, VA POR CADA UNO POR SEPARADO. ALEJENSE Y ALEJEN DE SUS VIDAS TODO LO QUE QUIERA SEMBRAR INDIVIDUALISMO Y DESUNION. LOS AMO.

WALTER RAK (DNI 14.593.322) Y EL TRIBUNAL DE FAMILIA N 2 DE SAN ISIDRO: COMPLICES

REPARACION Y JUSTICIA

LAS HISTORIA QUE NO ESTA SANADA NO TE PERMITE IR PARA ADELANTE.

"HUIR DE LOS PROBLEMAS ES UNA CARRERA QUE JAMÁS GANARAS"

"MI CONFIANZA ESTÁ PUESTA EN DIOS"

"EN JESÚS CRUCIFICADO DIOS QUIERE ALCANZAR AL PECADOR, EN SU LEJANÍA MÁS EXTREMA, JUSTAMENTE ALLÍ DONDE SE PERDIÓ Y SE ALEJÓ DE ÉL"

"EL MUNDO (el ambiente socio-cultural) TE PROMETE COMODIDAD. PERO TU NO FUISTE CREADO PARA LA COMODIDAD SINO PARA LA GRANDEZA" BENEDICTO XVI

Hijos los amo

Hijos los amo
Si un escritorio desordenado es signo de una mente desordenada, entonces, ¿Qué hemos de pensar de un escritorio vacío?
Albert Einstein


Sufrir por amor, solo en tu cruz Señor es posible. Gracias.

Sufrir por amor, solo en tu cruz Señor es posible. Gracias.

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sábado, 30 de abril de 2016

Si el mundo los odia, sepan que antes me ha odiado a mí.

Si ustedes fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya. Pero como no son del mundo, sino que yo los elegí y los saqué de él, él mundo los odia.

Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más grande que su Señor. Si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes; si fueron fieles a mi palabra, también serán fieles a la de ustedes.

Pero los tratarán así a causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.

San Juan 15, 18 - 21






jueves, 28 de abril de 2016

“Si yo tuviera una hora para resolver un problema y mi vida dependiera de
la solución, yo gastaría los primeros 55 minutos para determinar
la pregunta apropiada , por que una vez, supiera la pregunta correcta,
Yo podría resolver el problema en menos de cinco minutos.

ALBERT 
EINSTEIN

va casi un mes...










miércoles, 27 de abril de 2016

"UN CORAZON DESORIENTADO ES UNA FABRICA DE FANTASMAS" 

"DIOS NO TOMA EN CONSIDERACIÓN TUS TALENTOS SINO TU DISPONIBILIDAD. SABE QUE HAS HECHO LO QUE HAS PODIDO, 
AUNQUE HAYAS FRACASADO EN EL INTENTO, Y CONTABILIZA EN TU FAVOR LO QUE TRATAS DE HACER Y NO HAS PODIDO, 
COMO SI LO HUBIERAS HECHO DE VERDAD" 

(San Agustín. In. ps. 80,14; Serm.18,5)


martes, 26 de abril de 2016

"La libertad no es poder hacer siempre lo que se quiere, la libertad es el don de poder elegir el bien: esto es libertad" 

Papa Francisco 




¿Existe algún cuestionamiento que alguno de nosotros se siente cómodo con No saber?



***


lunes, 25 de abril de 2016

viernes, 22 de abril de 2016

Niveles de valores



Nivel 1: Valores biológicos
Salud, belleza, placer, fuerza física, etc.

La línea más baja representa el nivel biológico o sensitivo. Los valores de este nivel no son específicamente humanos, pues los comparten con nosotros otros seres vivos (los animales). Dentro de esta categoría quedan comprendidos la salud, el placer, la belleza física y las cualidades atléticas.


Nivel 2: Valores humanos inframorales
Prosperidad, logros intelectuales, valores sociales, valores estéticos, éxito, serenidad, etc.

 Los valores humanos inframorales son específicamente humanos. Tienen que ver con el desarrollo de nuestra naturaleza, de nuestros talentos y cualidades. Pero todavía no son tan importantes como los valores morales. Entre los valores de este segundo nivel están los intereses intelectuales, musicales, artísticos, sociales y estéticos. Estos valores nos ennoblecen y desarrollan nuestro potencial humano.


Nivel 3: Valores morales 
Sinceridad, justicia, fidelidad, bondad, honradez, benevolencia, etc.

Comprende valores que son también exclusivos del ser humano. Se suelen llamar valores morales o éticos. Este nivel es esencialmente superior a los ya mencionados. Esto se debe al hecho de que los valores morales tienen que ver con el uso de nuestra libertad, ese don inapreciable y sublime que nos hace semejantes a Dios y nos permite ser los constructores de nuestro propio destino.


Nivel 4: Valores religiosos 
Fe, esperanza, caridad, humildad, etc.

Completan y coronan los valores del tercer nivel, y que nos permite incluso ir más allá de nuestra naturaleza. Son los valores religiosos. Éstos tienen que ver con nuestra relación personal con Dios.

El mundo de hoy con frecuencia pasa por alto un hecho muy sencillo: la persona humana es religiosa

Buscamos de forma natural la trascendencia. Fuimos creados para ir más allá de nosotros mismos, para tender hacia arriba, hacia el Absoluto.

San Agustín expresó esta verdad justo al inicio de sus Confesiones, donde dice: «Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti». Nuestra trascendencia como seres humanos es lo que da sentido y significado a nuestra vida sobre la tierra. Si el hombre cultiva los valores religiosos con tanta tenacidad es porque ellos corresponden a la verdad más profunda de su ser.

La escala también va para abajo.
Para ello es necesario estancarse en el Nivel 1, la única forma de pasar al Nivel (-1)

Nivel (-1):  PROCESO DE ENVILECIMIENTO DEL HOMBRE.
Mentira, omisión, indiferencia, egoísmo, soberbia, maldad, perversión, Etc.

Las "pequeñas mentiritas y omisiones" son las primeras expresiones necesarias para subirse al "tobogán enjabonado" de la perdición y convertirse en un ser ruin (candidato al infierno eterno).







jueves, 21 de abril de 2016

La vocación del hombre bueno. La dignidad de la persona.


“Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta”.

La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien. 

Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor de sí misma.
Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones concretas.


- Las virtudes humanas son actitudes firmes, disposiciones estables, perfecciones habituales del entendimiento y de la voluntad que regulan nuestros actos, ordenan nuestras pasiones y guían nuestra conducta según la razón.

Proporcionan facilidad, dominio y gozo para llevar una vida moralmente buena.
El hombre virtuoso es el que practica libremente el bien.

 ¿Qué es un valor humano?

Los valores humanos son aquellos bienes universales que pertenecen a nuestra naturaleza como personas y que, en cierto sentido, nos «humanizan» porque mejoran nuestra condición de personas y perfeccionan nuestra naturaleza humana.

lunes, 18 de abril de 2016

domingo, 17 de abril de 2016

"Somos criaturas de barro, que se rompen con el primer golpe.
Hijo mío no te dé vergüenza ser un pobre cacharro con defectos.
Lucharemos toda la vida por no tenerlos, hasta el final.
¡Eso es amor!".

S.J.E.B.






Dios me mostró que el diablo te tiene encadenado walter,
acercate a Dios.

Estas siendo un títere del diablo y como tal, haciendo mucho daño.

En casi todas las parroquias hay misas diarias. Hoy domingo en casi todas.
Acercate a Dios walter para que te libere de las ataduras del maligno.

Dios te bendiga y te ayude.







sábado, 16 de abril de 2016

Reconocer en la historia familiar el mensaje de Dios.


Ante cada familia se presenta el icono de la familia de Nazaret,
con su cotidianeidad hecha de cansancios y hasta de pesadillas,
como cuando tuvo que sufrir la incomprensible violencia de Herodes,
experiencia que se repite trágicamente todavía hoy en tantas familias de prófugos desechados e inermes.

Las familias son exhortadas a vivir con coraje y serenidad sus desafíos familiares, tristes y entusiasmantes

 Todos los acontecimientos de cada una de nuestras familias nos puede ayudar a interpretarlos para reconocer en la historia familiar el mensaje de Dios.

 ... Hay que recordar que «la familia tiene derecho a una vivienda decente, apta para la vida familiar y proporcionada al número de sus miembros, en un ambiente físicamente sano, que ofrezca los servicios básicos para la vida de la familia y de la comunidad». Una familia y un hogar son dos cosas que se reclaman mutuamente."

... A veces son dramáticas las angustias de las familias cuando, frente a la enfermedad de un ser querido, no tienen acceso a servicios adecuados de salud, o cuando se prolonga el tiempo...

 Ayudar a los miembros de la familia a encontrarse entre ellos, a fin de alimentar cotidianamente sus relaciones.

P.F.
***



viernes, 15 de abril de 2016

Educación

Aprender a educar los sentimientos sigue siendo hoy una de las grandes tareas pendientes.

Muchas veces se olvida que los sentimientos son una poderosa realidad humana, y que -para bien o para mal- son habitualmente lo que con más fuerza nos impulsa o nos retrae en nuestro actuar.

Las personas que gozan de una buena educación afectiva suelen sentirse más satisfechas, son más eficaces y hacen rendir mejor su talento natural.

En cambio, quienes no logran dominar bien su vida emocional, se debaten en constantes luchas internas que socavan su capacidad de pensar, de trabajar y de relacionarse con los demás.

Sobre estas cuestiones entrevistamos hoy a Alfonso Aguiló, vicepresidente del Instituto Europeo de Estudios de la Educación (IEEE) y autor del libro Educar los sentimientos (Colección Hacer Familia, Palabra, 1999).

El ocaso de un mito

¿Siendo tan importante la educación de los sentimientos, por qué tantas personas consideran el coeficiente intelectual como el principal indicador del talento personal?

El asunto viene de antiguo. Desde comienzos del siglo XX se difundió mucho la idea de que el coeficiente intelectual es un dato de partida invariable y decisivo en la vida de una persona.

Afortunadamente, esa idea entró en crisis hace ya bastantes años, pues está claro que poseer un elevado coeficiente intelectual puede predecir tal vez quién obtendrá éxito académico -tal como suele evaluarse hoy en nuestro sistema educativo-, pero no mucho más.

No es una garantía de éxito profesional, y mucho menos de una vida acertada y feliz.

Hay otras muchas capacidades que tienen más importancia, y entre ellas están las relativas a la educación de los sentimientos, como el conocimiento propio, el autocontrol y el equilibrio emocional, la capacidad de motivarse a uno mismo y a otros, el talento social, el optimismo, la capacidad para reconocer y comprender los sentimientos de los demás, etc.

¿Y al prestar tanta atención a la educación de los sentimientos, no cabe el riesgo de caer en una educación excesivamente sentimental?

Son cosas distintas. Ser persona de mucho corazón, o poseer una profunda capacidad afectiva no constituye en sí ningún peligro.

Y si lo constituye, será en la misma medida en que resulta peligroso tener una gran fuerza de voluntad o una portentosa inteligencia: depende de para qué se utilicen.

Como es lógico, no se trata de sustituir a la razón por los sentimientos, ni tampoco lo contrario. Se trata de reconciliar cabeza y corazón, tanto en la familia como en las aulas o en las relaciones humanas en general.

Reconciliar cabeza y corazón

¿Y cómo puede buscarse ese equilibrio?

De entrada, no podemos desacreditar el corazón porque algunos lo consideren simple sentimentalismo; ni la inteligencia porque otros la vean como un mero racionalismo; ni la voluntad porque otros la reduzcan a un necio voluntarismo. La clave está en encontrar una buena armonía.

Por ejemplo, en las últimas décadas se han declarado diversas cruzadas contra diferentes problemas que amenazan nuestra sociedad: fracaso escolar, alcoholismo, embarazos de adolescentes, drogas, violencia juvenil, etc.

Sin embargo, una y otra vez se comprueba que suele llegarse demasiado tarde, cuando la situación ha alcanzado ya grandes proporciones y está fuertemente arraigada en la vida de esas personas.

Y eso sucede porque la información, siendo importante, por sí sola suele resolver muy poco.

La mayoría de las veces el problema no es propiamente la droga, ni el alcohol, ni el fracaso escolar, sino las crisis afectivas que atraviesan esas personas, y que les llevan a buscar refugio en esos errores.

¿La solución entonces es educar mejor los sentimientos?

En gran parte sí. Al hombre no siempre le basta con comprender lo que es razonable para luego, sólo con eso, practicarlo.

El comportamiento humano está lleno de sombras y de matices que escapan al rigor de la lógica, y que campan por sus respetos moviendo resortes subconscientes de la voluntad y los sentimientos.

Pero tener mucho corazón a veces también traiciona…

Está claro que hay numerosos vicios y defectos que pueden coexistir con un gran corazón. Hay gente de mucho corazón que son alcohólicos, irascibles, mentirosos o poco honrados.

Pero de modo general puede decirse que la riqueza y la plenitud de una persona dependen en gran medida de su capacidad afectiva.

Lo más propiamente humano es ser una persona de corazón, pero sin dejar que éste nos tiranice. Es decir, sin considerarlo la guía suprema de nuestra vida, sino logrando que sea la inteligencia quien se encargue de educarlo.

Educarlo para que nos lleve a apasionarnos con cosas grandes, con ideales por los que merezca la pena luchar.

Es verdad que las pasiones hacen llorar y sufrir, pero no por eso han de ser algo negativo, porque ¿acaso se puede dar una buena clase, o sacar adelante un proyecto importante, o amar de verdad a otra persona, desde la indiferencia?

Sin apasionamiento, ¿habrían existido los grandes hombres que han llenado de luz y de fuerza nuestra historia, nuestra literatura, nuestra cultura? Educar bien nuestras pasiones nos hace más humanos, más libres, más valiosos.

¿Una realidad oscura y misteriosa?

¿Y cree que la educación de los sentimientos es una tarea un tanto descuidada?

Sí. Como ha señalado José Antonio Marina, la confusa impresión de que los sentimientos son una realidad oscura y misteriosa, poco racional, casi ajena a nuestro control, ha provocado en muchas personas un considerable desinterés por profundizar en su educación.

Sin embargo, los sentimientos son influenciables, corregibles, estimulables. Pueden modelarse bastante más de lo que a primera vista parece.

Es cierto que la mayoría de los sentimientos no se pueden producir directa y libremente.

No podemos generar sentimientos de alegría o de tristeza con la misma facilidad con que hacemos otros actos de voluntad (como gobernamos, por ejemplo, los movimientos de los brazos).

Pero sí podemos influir en nuestra alegría o nuestra tristeza de modo indirecto, preparando el terreno en nuestro interior, estimulando o rechazando las respuestas afectivas que van surgiendo espontáneamente en nuestro corazón.

Algunos consideran que eso es esconder los sentimientos espontáneos para sustituirlos por otros que en realidad no se tienen, y que por tanto son falsos, o al menos artificiales.

Pienso que no debe verse así, pues lo que se busca no es el falseamiento de los sentimientos, sino construir nuestro propio estilo emocional.

Debemos ser protagonistas de nuestra propia vida, en vez de pensar que estamos atados a un inexorable destino sentimental.

Si una persona advierte, por ejemplo, que está siendo dominada por sentimientos de envidia, o de egoísmo, o de resentimiento, lo que debe hacer es procurar contener esos sentimientos negativos, al tiempo que procura estimular los correspondientes sentimientos positivos.

De esa manera, con el tiempo logrará que estos acaben imponiéndose sobre aquellos, y así irá transformando positivamente su propia vida emocional.

¿Y los sentimientos influyen en las virtudes?

Cada estilo sentimental favorece unas acciones y entorpece otras. Por tanto, cada estilo sentimental favorece o entorpece una vida psicológicamente sana, y favorece o entorpece la práctica de las virtudes o valores que deseamos alcanzar.

No puede olvidarse que la envidia, el egoísmo, la agresividad, o la pereza, son ciertamente carencias de virtud, pero también son carencias de la adecuada educación de los sentimientos que favorecen o entorpecen esa virtud.

La práctica de las virtudes favorece la educación del corazón, y viceversa.

Ser buena persona

¿Y qué relación piensa usted que hay entre educación de los sentimientos y educación moral?

Voy a contestarle partiendo de un ejemplo. Recuerdo una ocasión, hace tiempo, en que un profesor amigo mío, refiriéndose a un alumno suyo de once años, de aspecto simpático y despierto, me decía:

“Ese chico es realmente extraordinario, una persona de mucho talento…; es una lástima que no tenga buen corazón. Le gusta distraer a los demás, meterles en líos y después zafarse y quitarse él de en medio. Suele ir a lo suyo, aunque, como es listo, lo sabe disimular. Pero si te fijas bien, te das cuenta de que es egoísta hasta extremos sorprendentes.

Saca unas notas muy buenas, y tiene grandes dotes para casi todo. Lo malo es que parece disfrutar humillando a los que son más débiles o menos inteligentes, y se muestra insensible ante su sufrimiento. Y no pienses que le tengo manía. Es el más brillante de la clase, pero no es una buena persona. Me impresiona su cabeza, pero me aterra su corazón”.

Cuando observamos casos como el de ese chico, comprendemos enseguida que debe prestarse una atención muy particular a la educación moral.

Y que una buena educación sentimental ha de ayudar, entre otras cosas, a aprender -en lo posible- a disfrutar haciendo el bien y sentir disgusto haciendo el mal.

Eso no siempre es fácil. ¿Cómo puede lograrse?

En nuestro interior hay sentimientos que nos empujan a obrar bien, y, junto a ellos, pululan también otros que son como insectos infecciosos que amenazan nuestra vida moral.

Por eso debemos procurar modelar nuestros sentimientos para que nos ayuden lo más posible a sentirnos bien con aquello que nos ayuda a construir una vida personal armónica, plena, lograda. Y a sentirnos mal en caso contrario.

El atractivo del bien

Pero hay ocasiones en que hacer el bien no resulta nada atractivo…

Es cierto, y por eso digo que hay que procurar educar los sentimientos para que ayuden lo más posible a la vida moral.

Por ejemplo, si una persona siente desagrado al mentir, y satisfacción cuando es sincero, eso será una gran ayuda en su vida moral.

Igual que si se siente molesto cuando es desleal, o egoísta, o perezoso, o injusto, porque todo eso le alejará de esos errores, y a veces con bastante más fuerza que muchos otros argumentos.

De ahí la importancia de educar sabiendo mostrar con viveza el atractivo de la virtud y el bien.

¿Por qué es tan importante esa imagen?

Si una persona logra formarse una idea atractiva de las virtudes que desea adquirir, y procura tener bien presentes esas ideas, es mucho más fácil que llegue a poseer esas virtudes.

Logrará, además, que ese camino sea menos penoso y más satisfactorio. Por el contrario, si piensa constantemente en el atractivo de los vicios que desea evitar (un atractivo pobre y rastrero, pero que siempre existe, y cuya fuerza no debe menospreciarse), lo más probable es que el innegable encanto que siempre tienen esos errores le haga más difícil despegarse de ellos.

Por eso, profundizar en el atractivo del bien, representarlo en nuestro interior como algo atractivo, alegre y motivador, es más importante de lo que parece.

Muchas veces, los procesos de mejora se malogran simplemente porque la imagen de lo que uno se ha propuesto llegar no es lo bastante sugestiva o deseable.

¿Entonces, con una óptima educación de los sentimientos, apenas costaría esfuerzo llevar una vida ejemplar?

Está claro que de modo habitual costará menos. De todas formas, por muy buena que sea la educación de una persona, hacer el bien le supondrá con frecuencia un vencimiento, y a veces grande. Pero esa persona sabe bien que siempre sale ganando con el buen obrar.



Artículo originalmente publicado por encuentra.com
Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio.



Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre.

Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes».

Jesús le respondió: «Está escrito: "El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios"».

Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo,

diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: "Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"».

Jesús le respondió: «También está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"».

El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor,

y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme».



Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"».

Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo.




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miércoles, 13 de abril de 2016

martes, 12 de abril de 2016

sábado, 2 de abril de 2016

2 de Abril






Nuestros derechos arrancan de nuestra obligación de realizar el bien, el bien ‒por ejemplo‒ de cuidar a los hijos, de enseñar... Los derechos de los padres y los profesores se dirigen a cumplir bien con sus obligaciones. No tiene sentido reclamar derechos para hacer el mal.
https://www.youtube.com/watch?v=HiZCh8Fzv7E

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Hoy, aniversario de la marcha al Cielo de san Juan Pablo II, gracias a Dios por este Papa tan santo.



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¿Malvinas?
Dolor, muerte, irracionalidad...








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