Nivel 1: Valores biológicos
Salud, belleza, placer, fuerza física, etc.
La línea más baja representa el nivel biológico o sensitivo. Los valores de este nivel
no son específicamente humanos, pues los comparten con nosotros otros seres vivos (
los animales). Dentro de esta categoría quedan comprendidos la salud, el placer, la belleza física y las cualidades atléticas.
Nivel 2: Valores humanos inframorales
Prosperidad, logros intelectuales, valores sociales, valores estéticos, éxito, serenidad, etc.
Los valores humanos inframorales
son específicamente humanos. Tienen que ver con
el desarrollo de nuestra naturaleza, de nuestros talentos y cualidades. Pero todavía no son tan importantes como los valores morales. Entre los valores de este segundo nivel están los intereses intelectuales, musicales, artísticos, sociales y estéticos. Estos valores nos ennoblecen y desarrollan nuestro potencial humano.
Nivel 3: Valores morales
Sinceridad, justicia, fidelidad, bondad, honradez, benevolencia, etc.
Comprende valores que son también
exclusivos del ser humano. Se suelen llamar
valores morales o éticos.
Este nivel es esencialmente superior a los ya mencionados. Esto se debe al hecho de que los valores morales tienen que ver con el uso de nuestra libertad, ese don inapreciable y sublime que nos hace semejantes a Dios y nos permite ser los constructores de nuestro propio destino.
Nivel 4: Valores religiosos
Fe, esperanza, caridad, humildad, etc.
Completan y coronan los valores del tercer nivel, y que nos permite incluso
ir más allá de nuestra naturaleza. Son los valores religiosos. Éstos tienen que ver con nuestra relación personal con Dios.
El mundo de hoy con frecuencia pasa por alto un hecho muy sencillo: la persona humana es religiosa
Buscamos de forma natural la trascendencia.
Fuimos creados para ir más allá de nosotros mismos, para tender hacia arriba, hacia el Absoluto.
San Agustín expresó esta verdad justo al inicio de sus Confesiones, donde dice: «Nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti». Nuestra trascendencia como seres humanos es lo que da sentido y significado a nuestra vida sobre la tierra.
Si el hombre cultiva los valores religiosos con tanta tenacidad es porque ellos corresponden a la verdad más profunda de su ser.
La escala también va para abajo.
Para ello es necesario estancarse en el Nivel 1, la única forma de pasar al Nivel (-1)
Nivel (-1): PROCESO DE ENVILECIMIENTO DEL HOMBRE.
Mentira, omisión, indiferencia, egoísmo, soberbia, maldad, perversión, Etc.
Las "pequeñas mentiritas y omisiones" son las primeras expresiones necesarias para subirse al "tobogán enjabonado" de la perdición y convertirse en un ser ruin (candidato al infierno eterno).
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