“Es en casa donde experimentamos el perdón, y estamos invitados continuamente a perdonar, a dejarnos transformar. Es curioso en casa no hay lugar para las ‘caretas’, somos lo que somos y de una u otra manera estamos invitados a buscar lo mejor para los demás”.
Francisco lamentó que “en muchas culturas hoy en día van desapareciendo estos espacios, van desapareciendo estos momentos familiares, poco a poco todo lleva a separarse, aislarse; escasean momentos en común, para estar juntos, para estar en familia”.
“Entonces no se sabe esperar, no se sabe pedir permiso, no se sabe pedir perdón, no se sabe dar gracias, porque la casa va quedando vacía, no de gente, sino de padres, hijos, nietos, abuelos, hermanos, vacía de relaciones, vacía de contactos, vacía de encuentros”.
El Santo Padre subrayó que “la familia es escuela de humanidad, escuela que enseña a poner el corazón en las necesidades de los otros, a estar atento a la vida de los demás”.
El Papa destacó que a pesar de las dificultades que aquejan actualmente a las familias, estas “no son un problema, son principalmente una oportunidad. Una oportunidad que tenemos que cuidar, proteger y acompañar”.