La familia es el último refugio que queda antes de que los poderes de este mundo se abalancen sobre el individuo aislado y necesitado para venderle con mentiras cualquier veneno disfrazado de felicidad.

hola walter

hola walter
«Soy el único exorcista que trabaja siete días a la semana, desde la mañana hasta la tarde, incluidas Nochebuena y Semana Santa»

NO HAY PAZ SIN JUSTICIA

La paz se construye con la verdad.
HIJOS: NO PERMITAN QUE LA MALDAD LOS SEPARE NI LOS ENFRENTE. LA MALDAD ADOPTA "FORMAS Y MODOS QUE SON INSOSPECHADOS" PARA PODER ANIQUILAR DONDE HAY UNION. UNA VEZ QUE LOGRA METERSE EN EL VINCULO Y DESESTABILIZARLO, VA POR CADA UNO POR SEPARADO. ALEJENSE Y ALEJEN DE SUS VIDAS TODO LO QUE QUIERA SEMBRAR INDIVIDUALISMO Y DESUNION. LOS AMO.

WALTER RAK (DNI 14.593.322) Y EL TRIBUNAL DE FAMILIA N 2 DE SAN ISIDRO: COMPLICES

REPARACION Y JUSTICIA

LAS HISTORIA QUE NO ESTA SANADA NO TE PERMITE IR PARA ADELANTE.

"HUIR DE LOS PROBLEMAS ES UNA CARRERA QUE JAMÁS GANARAS"

"MI CONFIANZA ESTÁ PUESTA EN DIOS"

"EN JESÚS CRUCIFICADO DIOS QUIERE ALCANZAR AL PECADOR, EN SU LEJANÍA MÁS EXTREMA, JUSTAMENTE ALLÍ DONDE SE PERDIÓ Y SE ALEJÓ DE ÉL"

"EL MUNDO (el ambiente socio-cultural) TE PROMETE COMODIDAD. PERO TU NO FUISTE CREADO PARA LA COMODIDAD SINO PARA LA GRANDEZA" BENEDICTO XVI

Hijos los amo

Hijos los amo
Si un escritorio desordenado es signo de una mente desordenada, entonces, ¿Qué hemos de pensar de un escritorio vacío?
Albert Einstein


Sufrir por amor, solo en tu cruz Señor es posible. Gracias.

Sufrir por amor, solo en tu cruz Señor es posible. Gracias.

Vistas de página en total

martes, 25 de abril de 2017

VIRTUD.

Virtud.

Sinónimos: eficacia, potencia, capacidad, poder, fuerza, energía, honestidad.
Antónimos: ineficacia, incapacidad.
   
Sinónimos: moralidad, virtualidad, bondad, excelencia, ética, decencia, pudor, moderación,            austeridad, caridad, templanza, honradez, integridad.
Antónimos: vicio, maldad, vileza.

http://www.wordreference.com/sinonimos/virtud

                                          ****************************************


****************************************

Virtud

Del lat. virtus, -ūtis.

1. f. Actividad o fuerza de las cosas para producir o causar sus efectos.

2. f. Eficacia de una cosa para conservar o restablecer la salud corporal.

3. f. Fuerza, vigor o valor.

4. f. Poder o potestad de obrar.

5. f. Integridad de ánimo y bondad de vida.

6. f. Disposición de la persona para obrar de acuerdo con determinados proyectos ideales como el bien, la verdad, la justicia y la belleza.

7. f. Acción virtuosa o recto modo de proceder.

8. f. pl. Rel. Espíritus bienaventurados que forman el quinto coro y se caracterizan por la fuerza viril e indomable para cumplir las operaciones divinas.

virtud cardinal

1. f. Rel. Cada una de las cuatro virtudes, prudencia, justicia, fortaleza y templanza, que son principio de otras en ellas contenidas.

virtud moral

1. f. Hábito de obrar bien, independientemente de los preceptos de la ley, por sola la bondad de la operación y conformidad con la razón natural.

virtud teologal

1. f. Rel. Cada una de las tres virtudes, fe, esperanza y caridad, cuyo objeto directo es Dios.


http://dle.rae.es/?id=buFPjrR

....................................................................................



Recemos a la misericordia de Dios por nuestros familiares muertos y para que muchos de los "vivos" de nuestra familia no se condenen al fuego eterno.

Dios Padre Misericordioso ten piedad de nosotros.




domingo, 23 de abril de 2017

viernes, 21 de abril de 2017

domingo, 16 de abril de 2017

Ciencia. La resurrección desde la física.

Manuel María Carreira Vérez S.J. (Valdoviño, España; 1931)
Sacerdote jesuita, teólogo, filósofo y astrofísico español.

Miembro del Observatorio Vaticano, a cuya junta directiva perteneció durante quince años. Asesor y colaborador en varios proyectos de la NASA y durante más de treinta años ha impartido clases en distintas universidades como la John Carroll University o la Universidad Pontificia de Comillas.
En 1999 la Junta de Galicia le otorgó la Medalla Castelao.

sábado, 15 de abril de 2017

Fuerte mensaje del Papa Francisco contra la corrupción durante la Vigilia Pascual.

Criticó la burocracia paralizante que no permite que las cosas cambien.



«En la madrugada del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María la Magdalena y la otra María a ver el sepulcro» (Mt 28,1). Podemos imaginar esos pasos…, el típico paso de quien va al cementerio, paso cansado de confusión, paso debilitado de quien no se convence de que todo haya terminado de esa forma… Podemos imaginar sus rostros pálidos… bañados por las lágrimas y la pregunta, ¿cómo puede ser que el Amor esté muerto?


A diferencia de los discípulos, ellas están ahí —como también acompañaron el último respiro de su Maestro en la cruz y luego a José de Arimatea a darle sepultura—; dos mujeres capaces de no evadirse, capaces de aguantar, de asumir la vida como se presenta y de resistir el sabor amargo de las injusticias. Y allí están, frente al sepulcro, entre el dolor y la incapacidad de resignarse, de aceptar que todo siempre tenga que terminar igual.

Y si hacemos un esfuerzo con nuestra imaginación, en el rostro de estas mujeres podemos encontrar los rostros de tantas madres y abuelas, el rostro de niños y jóvenes que resisten el peso y el dolor de tanta injusticia inhumana. Vemos reflejados en ellas el rostro de todos aquellos que caminando por la ciudad sienten el dolor de la miseria, el dolor por la explotación y la trata. En ellas también vemos el rostro de aquellos que sufren el desprecio por ser inmigrantes, huérfanos de tierra, de casa, de familia; el rostro de aquellos que su mirada revela soledad y abandono por tener las manos demasiado arrugadas. Ellas son el rostro de mujeres, madres que lloran por ver cómo la vida de sus hijos queda sepultada bajo el peso de la corrupción, que quita derechos y rompe tantos anhelos, bajo el egoísmo cotidiano que crucifica y sepulta la esperanza de muchos, bajo la burocracia paralizante y estéril que no permite que las cosas cambien. Ellas, en su dolor, son el rostro de todos aquellos que, caminando por la ciudad, ven crucificada la dignidad.

En el rostro de estas mujeres, están muchos rostros, quizás encontramos tu rostro y el mío. Como ellas, podemos sentir el impulso a caminar, a no conformarnos con que las cosas tengan que terminar así. Es verdad, llevamos dentro una promesa y la certeza de la fidelidad de Dios. Pero también nuestros rostros hablan de heridas, hablan de tantas infidelidades, personales y ajenas, hablan de nuestros intentos y luchas fallidas. Nuestro corazón sabe que las cosas pueden ser diferentes pero, casi sin darnos cuenta, podemos acostumbrarnos a convivir con el sepulcro, a convivir con la frustración. Más aún, podemos llegar a convencernos de que esa es la ley de la vida, anestesiándonos con desahogos que lo único que logran es apagar la esperanza que Dios puso en nuestras manos. Así son, tantas veces, nuestros pasos, así es nuestro andar, como el de estas mujeres, un andar entre el anhelo de Dios y una triste resignación. No sólo muere el Maestro, con él muere nuestra esperanza.

«De pronto tembló fuertemente la tierra» (Mt 28,2). De pronto, estas mujeres recibieron una sacudida, algo y alguien les movió el suelo. Alguien, una vez más salió, a su encuentro a decirles: «No teman», pero esta vez añadiendo: «Ha resucitado como lo había dicho» (Mt 28,6). Y tal es el anuncio que generación tras generación esta noche santa nos regala: No temamos hermanos, ha resucitado como lo había dicho. «La vida arrancada, destruida, aniquilada en la cruz ha despertado y vuelve a latir de nuevo» (cfr R. Guardini, El Señor). El latir del Resucitado se nos ofrece como don, como regalo, como horizonte. El latir del Resucitado es lo que se nos ha regalado, y se nos quiere seguir regalando como fuerza transformadora, como fermento de nueva humanidad. Con la Resurrección, Cristo no ha movido solamente la piedra del sepulcro, sino que quiere también hacer saltar todas las barreras que nos encierran en nuestros estériles pesimismos, en nuestros calculados mundos conceptuales que nos alejan de la vida, en nuestras obsesionadas búsquedas de seguridad y en desmedidas ambiciones capaces de jugar con la dignidad ajena.

Cuando el Sumo Sacerdote y los líderes religiosos en complicidad con los romanos habían creído que podían calcularlo todo, cuando habían creído que la última palabra estaba dicha y que les correspondía a ellos establecerla, Dios irrumpe para trastocar todos los criterios y ofrecer así una nueva posibilidad. Dios, una vez más, sale a nuestro encuentro para establecer y consolidar un nuevo tiempo, el tiempo de la misericordia. Esta es la promesa reservada desde siempre, esta es la sorpresa de Dios para su pueblo fiel: alégrate porque tu vida esconde un germen de resurrección, una oferta de vida esperando despertar


Y eso es lo que esta noche nos invita a anunciar: el latir del Resucitado, Cristo Vive. Y eso cambió el paso de María Magdalena y la otra María, eso es lo que las hace alejarse rápidamente y correr a dar la noticia (cf. Mt 28,8). Eso es lo que las hace volver sobre sus pasos y sobre sus miradas. Vuelven a la ciudad a encontrarse con los otros.

Así como ingresamos con ellas al sepulcro, los invito a que vayamos con ellas, que volvamos a la ciudad, que volvamos sobre nuestros pasos, sobre nuestras miradas. Vayamos con ellas a anunciar la noticia, vayamos… a todos esos lugares donde parece que el sepulcro ha tenido la última palabra, y donde parece que la muerte ha sido la única solución. Vayamos a anunciar, a compartir, a descubrir que es cierto: el Señor está Vivo. Vivo y queriendo resucitar en tantos rostros que han sepultado la esperanza, que han sepultado los sueños, que han sepultado la dignidad. Y si no somos capaces de dejar que el Espíritu nos conduzca por este camino, entonces no somos cristianos.

Vayamos y dejémonos sorprender por este amanecer diferente, dejémonos sorprender por la novedad que sólo Cristo puede dar. Dejemos que su ternura y amor nos muevan el suelo, dejemos que su latir transforme nuestro débil palpitar.


miércoles, 12 de abril de 2017

Cinco Indulgencias Plenarias que puedes conseguir esta Semana Santa

Semana Santa es la semana más importante de todo el año. Es la semana en la que conmemoramos el más grande acontecimiento en la historia de la humanidad: Cristo murió y resucitó para que nuestros pecados sean perdonados. ¡Dios nos ama grandemente!

Por eso la Iglesia aprovecha esta importante ocasión para conceder indulgencias plenarias. Pero…

¿Qué es una Indulgencia plenaria?



Una explicación sencilla sería la siguiente. Imaginen a un niño que rompe el florero de su madre mientras juega con su pelota. El niño arrepentido va a contárselo a su madre y ella lo perdona, pero hay una ventana que reparar. Algo así ocurre con nuestra vida espiritual. Todos pecamos, y si nos arrepentimos y acudimos a confesarnos Dios nos perdona; sin embargo, hay una pena que debe ser reparada. Esa pena temporal que debe ser reparada es limpiada en el purgatorio, pero la Iglesia nos brinda también la reparación de esas penas a través de las Indulgencias.

Ahora que ya nos quedó claro de qué se tratan las indulgencias, les compartimos 5 formas en las que podemos conseguirlas esta Semana Santa:

1) Cantando el Tantum Ergo

El Tantum Ergo es un precioso canto de adoración eucarística que comprende las dos últimas estrofas del Pangue Lingua. La Iglesia concede indulgencia plenaria a aquellos fieles que lo canten con devoción durante la reserva eucarística el Jueves Santo. ¿No te lo sabes? Te dejamos el audio para que lo aprendas:



Tantum ergo Sacraméntum,      
Venerémur cérnui:            
Et antíquum documentum        
Novo cedat rítui;            
Præstet fides suppleméntum    
Sénsuum deféctui.            
Genitori Genitóque,          
Laus et iubilátio;            
Salus, honor, virtus quoque,  
Sit et benedíctio;            
Procedénti ab utróque        
Compar sit laudátio.
Amen.                        

2) Visita al Santísimo

El Jueves Santo el Santísimo queda reservado en el monumento. Si lo visitamos y adoramos durante media hora también conseguimos Indulgencia Plenaria.

3) Adoración de la Cruz

El Viernes Santo es el único día del año en que no se celebra la Santa Misa, pero sí tenemos otras actividades litúrgicas como el solemne Via Crucis o la adoración de la Cruz. Precisamente si asistimos piadosamente a la adoración de la Cruz también conseguimos una indulgencia plenaria.

4) Santo Rosario

Otra manera interesante de conseguir Indulgencia Plenaria es rezando el Santo Rosario el Sábado Santo, día de luto pero también día de esperanza por la tan ansiada resurrección de nuestro Señor.

5) Vigilia Pascual

Aplica si asistimos a la celebración de la Vigilia Pascual (Sábado Santo por la noche) y en ella renovamos las promesas de nuestro Santo Bautismo.

¡IMPORTANTE!

No basta con hacer algunas de las 5 obras indulgenciadas antes mencionadas. Antes es necesario que en nuestro corazón exista el firme deseo de no volver a pecar, confesar todos nuestros pecados y rezar por las intenciones del Papa.

domingo, 9 de abril de 2017

jueves, 6 de abril de 2017

martes, 4 de abril de 2017