La familia es el último refugio que queda antes de que los poderes de este mundo se abalancen sobre el individuo aislado y necesitado para venderle con mentiras cualquier veneno disfrazado de felicidad.
hola walter
«Soy el único exorcista que trabaja siete días a la semana, desde la mañana hasta la tarde, incluidas Nochebuena y Semana Santa»
NO HAY PAZ SIN JUSTICIA
La paz se construye con la verdad.
HIJOS:
NO PERMITAN QUE LA MALDAD LOS SEPARE NI LOS ENFRENTE.
LA MALDAD ADOPTA "FORMAS Y MODOS QUE SON INSOSPECHADOS" PARA PODER ANIQUILAR DONDE HAY UNION. UNA VEZ QUE LOGRA METERSE EN EL VINCULO Y DESESTABILIZARLO, VA POR CADA UNO POR SEPARADO.
ALEJENSE Y ALEJEN DE SUS VIDAS TODO LO QUE QUIERA SEMBRAR INDIVIDUALISMO Y DESUNION.
LOS AMO.
WALTER RAK (DNI 14.593.322) Y EL TRIBUNAL DE FAMILIA N 2 DE SAN ISIDRO: COMPLICES
REPARACION Y JUSTICIA
LAS HISTORIA QUE NO ESTA SANADA NO TE PERMITE IR PARA ADELANTE.
"HUIR DE LOS PROBLEMAS ES UNA CARRERA QUE JAMÁS GANARAS"
"MI CONFIANZA ESTÁ PUESTA EN DIOS"
"EN JESÚS CRUCIFICADO DIOS QUIERE ALCANZAR AL PECADOR, EN SU LEJANÍA MÁS EXTREMA, JUSTAMENTE ALLÍ DONDE SE PERDIÓ Y SE ALEJÓ DE ÉL"
"EL MUNDO (el ambiente socio-cultural) TE PROMETE COMODIDAD. PERO TU NO FUISTE CREADO PARA LA COMODIDAD SINO PARA LA GRANDEZA" BENEDICTO XVI
Hijos los amo
Si un escritorio desordenado es signo de una mente desordenada, entonces, ¿Qué hemos de pensar de un escritorio vacío?
Se lee en las vidas de los padres antiguos del yermo, que convertido el hijo de un usurero, por un sermón, en que se reprehendió este maldito vicio: rogó a su padre, y a otro hermano suyo, que dejado aquél trato infame, restituyesen lo mal llevado, haciendo ellos como suelen, y se dice, orejas de mercader; el se retiró al yermo, y tomó el hábito de Monje, en compañía de otros siervos de Dios. Murieron su padre, y hermano, sin hacer penitencia de sus pecados. Se dolía el santo Monje del mal estado, que temía les hubiese cabido: y suplicaba a nuestro Señor se lo revelase. Estando un día en esta oración, le apareció un Ángel, que tomándole por la mano, le llevó a un alto monte, de donde vio un valle profundo, lleno de fuego, donde oída primero una voz espantosa, vio luego a su padre que bullía en el fuego, cual un garbanzo, en hervor de la olla, y a su hermano nadando entre las llamas, ya arriba, ya abajo. Habló el hijo al padre, diciéndole: Maldito seas padre eternamente, que con tu injusta herencia me condenaste, y le respondió el padre: Maldito seas tu hijo, que por dejarte rico, no dudé ganarla por medios injustos. Desaparecieron ellos, y volvió el Monje espantado a su Monasterio, donde perseveró en áspera penitencia hasta la muerte. Gulliell, de Lug, in Sumavitior, capítulo de Avaritia, Rubr.Y es así, que acrecentará el tormento a los condenados, las maldiciones que se echarán unos a otros; aquellos especialmente, que a título de amistad, se hicieron obras de enemigos mortales; y fueron a veces causa de haber venido al miserable estado de su condenación. Al contrario en los Bienaventurados, que tendrán particular gozo de las gracias que se rendirán, y bendiciones con que se honrarán, los que en el mundo se dieron la mano, para subir a la alteza de gloria, en que se verá en el Cielo. Lo uno, y lo otro se muestra claro, en lo que de otros Autores refiere el Espejo de los ejemplos, distin. 9, num. 214. Había un Santo varón (no señala el lugar donde sucedió) que deseaba grandemente ver en alguna manera, así las penas de los Condenados, como la gloria de los Bienaventurados, para alentarse mas a seguir esta, y huir de las otras. Alcanzó este favor de nuestro Señor que lo llevó en espíritu un Ángel, al lugar del Infierno: y entre muchas otras penas, vio un padre, que con rabia se maldecía, y maldecía a su hijo. Maldita sea, decía, maldita la hora en que engendré; maldito por cuanto por ti trabajé, pues por dejarte con que vivir a placer,rico, y honrado, me hice usurario, condenando mi alma a tan insufrible tormento. Le reconocía con igual coraje su hijo, diciéndole: Maldita sea la hora en que me engendraste; pues como si no fueras mi padre, así no cuidaste de mi, ni me enseñaste a guardar la ley de Dios, ni sus mandamientos; a pecar si, a estragar mis costumbres en vicios, a profanidad en vestidos, a sustentar fausto con haciendas ajenas, a fraudes en ventas, y compras, a usuras en tratos: jamas me fuiste a la mano en lo malo, ni me la diste para lo bueno: por ello padezco tormentos eternos. Aquí el Ángel dijo al santo varón: Triste cosa es oír esas maldiciones, no paremos mas en este lugar. Lo subió al punto a los jardines del Cielo, donde vio un padre, y un hijo gozándose, y dándose mil parabienes del estado en que se hallaban, y de los medios por los que lo consiguieron. Bendito seas de Dios, decía el hijo al padre, que así enderezaste los caminos de mi juventud; procuraste que con las letras aprendiese virtud, que me inclinase a la Iglesia, temiese a Dios, y huyese su ofensa: me corregiste, cuando en algo excedía, y me advertías cuando en algo faltaba, ya con el premio del bien, ya con el castigo del mal. Ahora gozo del fruto de tu enseñanza,con los premios de mi obediencia. Por la que me tuviste hijo (replicaba el padre) te bendiga Dios por su eternidad, que tan bien lograste mis buenos consejos, y tan bien gobernaste tus pasos, que derecho arribaste a esta soberana Corte, donde me gozo, y te gozas, y seguros nos gozamos ambos en Dios. Bendita la hora en que te engendré, y bendito el día en que naciste para tanto bien tuyo, y mío; pues no es poca la gloria que a mí me cabe de la que tu por mi cuidado alcanzaste; y veo yo que posees. Dichosos padres, y dichosos hijos, a quien tales bendiciones tocaren; y desdichados aquellos sobre los que las contrarias maldiciones cayeren.
Algunas personas le presentaban los niños para que los tocara, pero los discípulos les reprendían. Jesús, al ver esto, se indignó y les dijo: «Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el Reino de Dios pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo: quien no reciba el Reino de Dios como un niño, no entrará en él.» Jesús tomaba a los niños en brazos e, imponiéndoles las manos, los bendecía.
Con el alma limpia, en armonía con la verdad y la justicia. Luchando por mis derechos, los de mis hijos y los de todos los niños. Desenmascarando hipócritas.
La libertad de pensamiento y de expresión, carente de todo límite, no es por sí misma un bien del que justamente pueda felicitarse la sociedad humana; es, por el contrario, fuente y origen de muchos males. La libertad, como facultad que perfecciona al hombre, debe aplicarse exclusivamente a la verdad y al bien. Ahora bien: la esencia de la verdad y del bien no puede cambiar a capricho del hombre, sino que es siempre la misma y no es menos inmutable que la misma naturaleza de las cosas. Si la inteligencia se adhiere a opiniones falsas, si la voluntad elige el mal y se abraza a él, ni la inteligencia ni la voluntad alcanzan su perfección; por el contrario, abdican de su dignidad natural y quedan corrompidas.