25 de febrero de 1941
En el campo de concentración de Dachau murió el novicio Leon Łukasz Hirsz SVD (22054) de la Congregacion del Verbo Divino, completamente exhausto como resultado de su estancia en Gusen (el trabajo en las canteras) y por una herida infectada en la pierna producto de una patada de un kapo.
El trabajo duro, el hambre, el cansancio y la suciedad hicieron que la salud se resintiera y la herida en la pierna aún no se había curado. Aunque acudía con regularidad a la enfermería, lamentablemente el efecto fue mínimo. En enero de 1941, fue admitido en la enfermería, pero ya no se pudo con la infección. Solo esperaba la muerte. Llegó silenciosa y sin publicidad. El 25 de febrero de 1941 a las 15.10 el Señor lo llamó junto a sí. Nadie sabía lo que le estaba pasando. Aunque el kapo de la sala por lo general no informaba a los conocidos del difunto, esta vez actuó de manera diferente. Se acercó y dijo: "Vuestro amigo murió".
En 1939, aprobó su examen de bachillerato y luego decidió ingresar al noviciado en Chludowo. Hubo que posponer la ceremonia de admisión. Había estallado la Segunda Guerra Mundial. Después de ser evacuado hacia Varsovia, pasado el frente, decidió regresar junto con un grupo de refugiados. Por fin en octubre comenzó el noviciado. Pronto las autoridades alemanas llevaron a cabo un registro obligatorio de todos los residentes de Chludowo. En ese momento León se declaró católico y de nacionalidad polaca. A partir de ese momento ya no pudo moverse libremente. Tenía que obtener un pase del alcalde local designado por la gestapo. Aunque había permiso para que los novicios fueran a sus hogares, León decidió continuar su noviciado. El 25 de enero de 1940, todos los habitantes de la Casa fueron internados y también fueron llevados 40 sacerdotes de Poznań y alrededores.
El 19 de mayo de 1940 hizo sus primeros votos en un procedimiento acelerado, pues los superiores ya habían sido informados del inminente trasladado al campo de concentración de Dachau. Y así sucedió. El 22 de mayo, Leon Hirsz y sus otros cohermanos fueron transportados al Fuerte VII en Poznań, y desde allí llevados en vagones de ganado a Dachau. Aquí figuraba como el número 11456. Poco después de llegar se inició una cuarentena de dos meses, llena de ejercicios punitivos.
El 2 de agosto de 1940, León fue trasladado al campo de concentración de Gusen. Aquí le dieron el número 6280. En ese momento, Gusen era el peor campo de exterminio, ya que los guardias eran criminales, cuyo objetivo era destruir a la intelectualidad católica. Además, el campamento aún estaba en construcción, por lo que las condiciones de vida eran peores que en Dachau. Durante la lluvia, el agua entraba, la ropa a menudo estaba húmeda, lo que dificultaba el mantenimiento de la higiene. León fue asignado a obras de alcantarillado. Una patada del kapo en su pierna aparentemente sin consecuencias más tarde contribuyó a la formación de una herida purulenta.
Acosado por los guardias, hambriento y agotado por el trabajo duro, se comprometió a hacer una novena constante a Nuestra Señora, pidiendo su protección permanente. Trató de mantener una fe fuerte y fortalecer también a otros compañeros de prisión, llevándolos a través del sufrimiento a Dios. Perteneció a un grupo de clérigos que intentaron preparar a otros prisioneros para el sacramento de la reconciliación. También emprendió otra difícil tarea, que en esas circunstancias podría considerarse una especie de heroísmo. Es decir, junto con otros cohermanos, suplió a los compañeros de prisión más débiles para acarrear las piedras. Entonces tenía que cargar tanto la de él como la del otro. Además, el día del onomástico (día del nombre del santo), separaba un trozo de pan de la porción, que de por sí ya era una porción de hambre y se lo daba al agasajado como regalo del día de su onomástico.
El 8 de diciembre de 1940, Leon Hirsz fue nuevamente transportado al campo de concentración de Dachau. Esta vez le dieron el número 22054.
Nació el 18 de octubre de 1917 en Wielki Kack cerca de Gdynia. El padre era artesano - albañil, mientras que la madre se ocupaba de la casa y la crianza de sus siete hijos. En 1929 hizo su Primera Comunión. En 1931 ingreso al Seminario Menor de Górna Grupa de los Sacerdotes Verbitas.
Leo disfrutaba de la soledad. Tenía un carácter sereno y un sentido del humor especial, era apreciado y querido. Equilibrado y educado, fascinado por la cultura y la literatura. Era un estudiante dotado de extraordinarias habilidades mentales y manuales. También un talentoso dibujante, músico y escritor. Leo agregó una gran diligencia a estas habilidades. Además estaba muy apegado a su familia. Regularmente les enviaba cartas informándole de su felicidad al seguir el camino de su vocación religiosa y misionera.
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