15 de febrero de 1941
“Las calles del gueto están cerradas una tras otra. Ahora, los polacos son empleados en trabajos de albañilería. Los nazis ya no confían en los albañiles judíos, que deliberadamente dejaban ladrillos sueltos en muchos lugares para pasar de contrabando comida o escapar por la noche a través de estos agujeros al "otro lado". Ahora el muro crece más y más alto y ya no hay ladrillos sueltos. La parte superior del muro está cubierta con una gruesa capa de arcilla mezclada con vidrios rotos para cortar las manos de las personas que intentan escapar. Pero los judíos siguen encontrando nuevas formas. Las tuberías de alcantarillado no se han cortado, por este camino se obtiene bolsitas de harina, azúcar, avena y otros artículos. Durante las noches oscuras intentan hacer agujeros en las paredes. Basta con quitar un ladrillo. Se preparan paquetes especiales que corresponden a las dimensiones de estas aberturas. También hay otras formas. Hay muchas casas bombardeadas en la frontera entre el gueto y el "otro lado". Los sótanos de estas casas a menudo forman largos túneles que se extienden a través de tres, cuatro o cinco propiedades. La mayor parte del contrabando viene por aqui. Los alemanes lo saben, pero no pueden controlar todo el tráfico”.
Mary Berg, “Diario del gueto de Varsovia”.
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