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ANTOLOGÍA DE TEXTOS DE EMILIO KOMAR
La verdad y la justicia, alimentos de la vida humana.
«[Edith Stein] Insiste con vehemencia en que el espíritu es “sentido y vida, y hablando más plena y realmente: es una vida llena de sentido (Geist ist Sinn und Leben in voller Wirklichkeit sinnerfültes Leben)”.
El espíritu es esencialmente ‘vida’. En el caso de la vida intelectual el hombre se revela como hambriento de ‘logos’, de sentido. El absurdo le molesta, la contradicción lo hiere. Cuando el sentido de las cosas lo nutre, accede a una riqueza vital superior, más amplia y profunda. La vida humana es principalmente vida espiritual, vida en el logos y en el amor. Edith Stein hace estas afirmaciones en el contexto de un tratado de filosofía, no de teología. No se está refiriendo, por lo tanto, a la vida sobrenatural, sino a la vida espiritual natural.
Evidentemente un espíritu racionalista, esquemático, que ‘maneja’ una multitud de conceptos, creando abstractos castillos en el aire, sin salir de la perspectiva nocional, es carente de vida. Pero cuando un concepto deja de ser una noción manejable y se convierte en un medio por el cual podemos conectarnos con el sentido inagotable de la cosa, se transforma en una fuente generadora de vida.
La indiferencia frente a la verdad de las cosas hace imposible el amor y la justicia, que dependen del discernimiento de las mismas. Amar es trabajar por el bien de lo que se ama, ser justo es dar a cada cual lo que le corresponde. Estas dos actividades dependen de una clara referencia a lo real. Si la verdad es indiferente, no se puede crecer en el amor, ni realizar la justicia. De este modo el espíritu, que tiende naturalmente a ello, pierde vitalidad, se enferma.
Por su parte Romano Guardini, otro autor importante en esta línea afirma:
“La vida del espíritu consiste en su relación con la verdad, con el bien, con lo sagrado. El espíritu es viviente y sano gracias al conocimiento, a la justicia, al amor y a la adoración; no solamente en sentido alegórico, sino de una manera muy precisa. ¿Qué sucede cuando esta relación se enturbia? El espíritu cae enfermo. […] Pero esto ciertamente sucede desde que la verdad pierde para él su importancia en cuanto verdad, desde que el éxito cuenta más que lo justo y el bien, desde que no está ya presente el sentido de lo sagrado que le hace falta. Lo que se produce entonces no concierne más a la psicología, sino a la filosofía del espíritu, lo que puede hacer algo aquí, no son los remedios terapéuticos, sino solamente la conversión del pensamiento, la metanoia”»
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