Necesitamos una juventud que no busque su satisfacción en los bajos instintos, sino en las nobles y grandes empresas, en los altos ideales.
Una juventud de voluntad firme y con ánimo de trabajar.
Una juventud dispuesta a defender su integridad moral, que deseche toda inmundicia.
Una juventud que rebose en esperanza, de mirada limpia y alegre, rebosante de vida... ¡Una juventud que tenga por Rey a Cristo!
M. Tihamer Toth
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