– ¡Si Señor!... acabo de apoderarme del mundo lleno de gente de allá abajo. Les tendí una trampa, usé cebo que sabia que no podrían resistir.
– ¡Cayeron todos!
– ¿Que vas a hacer con ellos? Preguntó Jesús.
– ¡Ah!, me voy a divertir con ellos. Respondió Satanás.
– Les enseñaré como casarse y divorciarse, cómo odiar y abusar uno del otro, a beber y fumar y por supuesto, les enseñaré a inventar armas y bombas para que se destruyan entre sí. ¡Realmente me voy a divertir!
– ¿Y qué harás cuando te canses de ellos? Le preguntó Jesús.
– Ah, los mataré. Dijo Satanás con la mirada llena de odio y orgullo.
– ¿Cuánto quieres por ellos? Preguntó Jesús.
– ¿Qué?... ¡ah, tu no quieres a esa gente!... ellos no son buenos.
– ¿Por qué los querrías tomar.?... si tú los tomas, ellos te odiarán. Escupirán a tu rostro, te maldecirán y te matarán…
– ¡Tu no quieres a esa gente!
– ¿Cuánto quieres por ellos?, preguntó nuevamente Jesús a Satanás. Satanás miró a Jesús y sarcásticamente respondió:
– Toda tu sangre, tus lágrimas, tus dolores, en suma… ¡quiero toda tu vida!
Entonces Jesús dijo muy firme y solemne:
– ¡HECHO!...
Y así fue como pago el precio por todos y cada uno de nuestros pecados.
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